Un magistrado del Tribunal Superior Electoral (TSE) negó nuevamente la petición del Partido de los Trabajadores (PT) para que el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, líder de los sondeos y preso por corrupción, para que participe en el debate electoral televisado que se realizará el próximo 17 de agosto.

Esta es la segunda vez que la Justicia niega la participación al exmandatario en un debate desde que está la cárcel de la sede de la Policía Federal de Curitiba, en el sur de Brasil y en su decisión, el magistrado Sérgio Baños argumentó que la prisión de Lula fue decidida por la Justicia Federal, que no integra la Justicia Electoral, por lo que no le corresponde al TSE permitir que el exmandatario salga de la cárcel para asistir al debate o autorizar una videoconferencia desde el sitio donde se encuentra recluido.

De esta manera y con un escenario que no se había visto antes, con un candidato presidencial en prisión, Brasil dio inicio a la campaña para las elecciones del próximo 7 de octubre, la más corta e indefinida de su historia, que se desarrolla en medio de una batalla jurídica sobre la candidatura del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva.

Lula lidera todos los sondeos de intención de voto con un 30 %, pese a que está preso cumpliendo una condena en segunda instancia de 12 años y un mes por corrupción, lo que según las leyes de su país esto le impide ser candidato a cualquier cargo electivo.

Pero en un escenario sin Lula, el ultraderechista Jair Bolsonaro encabeza las encuestas con un 17 % de las intenciones de voto. Le siguen la ecologista Marina Silva (13 %), el laborista Ciro Gomes (8 %) y el socialdemócrata Geraldo Alckmin (6 %), mientras que el resto de los aspirantes no llega al 2 %.

Comienza también la disputa legal por Lula

Mientras se mantienen los interrogantes sobre la candidatura de Lula, un total de 13 candidatos del Partido de los Trabajadores (PT) están autorizados por la justicia para salir a la calle en busca de votos para los comicios legislativos, regionales y presidenciales del 7 de octubre.

La incertidumbre se agravó la víspera, después de que el PT desafió a la Justicia y registró oficialmente la candidatura de Lula, preso desde el pasado 7 de abril por corrupción.

Horas después del registro, la Fiscalía presentó un pedido de impugnación ante la corte electoral para anular la candidatura del ex líder sindical, al considerar que Lula "no es elegible" por estar ya condenado en segunda instancia.

El líder del PT tiene como compañero de fórmula al exministro y exalcalde de Sao Paulo Fernando Haddad, quien podría ser el sustituto de Lula en caso de ser vetado éste por la justicia electoral. En el primer día de campaña, Haddad tiene previsto visitar a su mentor en la cárcel de Curitiba, .

La campaña electoral más corta

A diferencia de otros años, los candidatos tendrán un presupuesto más reducido, ya que por primera vez la campaña para la Presidencia no contará con la financiación de las empresas, prohibida en 2015 por el Tribunal Supremo de Brasil tras el escándalo de la Lava Jato.

La campaña será la más corta de los últimos años, con 52 días hasta la primera vuelta y tan solo 35 para la propaganda de televisión y radio, diez días menos que en 2014.