Las 2.750 toneladas de nitrato de amonio que estallaron en Beirut la tarde del martes llegaron al puerto de la capital libanesa hace siete años en un viejo buque de carga ruso. Según dijo ayer su entonces capitán, Boris Prokoshev, la nave procedía de Georgia y tenía como destino Mozambique, pero en plena travesía el armador ordenó atracar en Beirut para recoger una pesada maquinaria para construir carreteras que debía llevarse a Jordania. La maquinaria no pudo cargarse en el barco de forma segura.

«El barco era viejo y la cubierta de la bodega estaba doblada. Decidimos no correr riesgos». El propietario, además, se vio envuelto en una prolongada disputa legal acerca de las tarifas portuarias.

A lo largo de este tiempo se descargaron las toneladas de nitrato de amonio y se colocaron en el almacén que estalló.