"Esto fue un maremoto, aquí y en Burindi". Y hubo un error, dijo con algo de fastidio el ministro de Defensa chileno, Francisco Vidal. Para el Gobierno, el territorio fue azotado por la doble combinación del seísmo y un posterior tsunami. Desde Chile, el maremoto ha barrido el Pacífico hasta llegar a las costas de Japón o Rusia, aunque los efectos sobre la zona han sido mucho menores que en las costas e islas chilenas.

En Chile, las olas de hasta 20 metros se ensañaron especialmente con el Maule, un bello balneario de la ciudad de Constitución a 300 kilómetros de Santiago, y con el archipiélago Juan Fernández. Las escenas de barcos arrastrados lejos de la costa, de casas destruidas o que el agua se las llevó como si fueran cajitas de madera, dan cuenta de la magnitud del desastre.

La Armada chilena descartó en la madrugada del 27 de febrero la posibilidad de un tsunami. En estas horas de duelo y desesperación, algunos se preguntan las razones de esa impericia. La directora de la Oficina Nacional de Emergencia (ONEMI), Carmen Fernández, fue la primera en reconocer lo que había sucedido.

"La primera información que recibimos es que no había un maremoto. Y es más, cuando empezamos a constatar por otras fuentes que se estaban produciendo variaciones en el nivel del mar, las consultamos. Entonces nos indicaron que la variación no era superior a los 20 centímetros", señaló.

La Armada asumió su responsabilidad por lo ocurrido. "Lo que nos ha señalado es que tuvo fallas en algunos instrumentos", dijo Fernández. En el Maule y las zonas aledañas los pobladores se preguntaban las razones del fallo. Muchos, decían ayer, podrían haber huido hacia las montañas y salvarse. "Vimos como las olas se llevaron todo. El ruido del mar era como el de un monstruo", confesó una mujer que logró salvarse de la voracidad de la naturaleza.

En la zona del Pacífico, los países afectados tuvieron tiempo suficiente como para tomar las precauciones necesarias. En Japón, se evacuó rápidamente las zonas costeras donde era previsible que llegaran las olas. Las autoridades decretaron la alerta "mayor", aunque con el paso de las horas lo redujeron al grado de "normal".

HASTA EL RUSIA En Rusia las primeras olas, de unos dos metros, llegaron al archipiélago de Kuriles. Las autoridades han advertido que habrán más olas en los próximos días. La costa rusa se encuentra a 18.000 kilómetros de distancia de la chilena.

El centro de observación americano de tsunamis en el Pacífico bajó también el grado de alerta, lo mismo hicieron las autoridades de Filipinas y Australia.