La activista iraní Shirin Ebadi recogió ayer en Oslo el premio Nobel de la Paz 2003 y aprovechó su discurso para acusar al presidente de EEUU, George Bush, de "violar los principios universales y los derechos del hombre con el pretexto de los atentados del 11 de septiembre". Ebadi cargó también contra los sectores más conservadores del islam.

"La preocupación de los defensores de los derechos humanos va en aumento porque se está viendo que no sólo sus enemigos no respetan los derechos internacionales de las personas, sino que también algunas democracias occidentales quebrantan estos principios básicos", dijo Ebani, en referencia no sólo a Bush, sino también a sus aliados: Reino Unido, Italia y España.

SIN VELO Cumpliendo su promesa de no llevar el tradicional y obligado velo de las mujeres iranís, la abogada Shirin Ebadi acudió ayer con la cara descubierta y vestida de forma occidental a recoger el Nobel de la Paz que el Comité Nobel Noruego le ha concedido este año por su "lucha en defensa de los niños y los derechos humanos".

  • Una mujer de hierro

Ebadi recibió el galardón en nombre de "todas las mujeres que luchan por sus derechos en el mundo islámico" y dijo que el premio será "una inspiración para los demócratas de la región". La abogada, de 56 años y musulmana, recordó la cultura humanitaria de su país y del islam, y denunció a los que se escudan en el Corán para defender estructuras patriarcales. "Muchos musulmanes se amparan en que la democracia y los derechos humanos son incompatibles con el islam para, así, justificar gobiernos despóticos", declaró.

Ebadi hizo gala de esa valentía que le ha llevado a ganarse el Nobel y no dejó títere con cabeza: "¿Por qué en los últimos 35 años no se han cumplido docenas de resoluciones sobre la ocupación de los territorios palestinos por Israel y en los últimos 12 años Irak ha sido objeto de ataques, sanciones y ocupación militar?", se preguntó la abogada.

Ole Danbolt Mjös, director del Comité Nobel noruego, dijo en su discurso que tiene la esperanza de que este Nobel inspire ciertos cambios en Irán. Para Mjös, el premio se ha concedido "a la persona adecuada, en el momento adecuado y en el lugar adecuado". "Tu nombre lucirá en la historia de los premios Nobel. Esperemos que el galardón también pueda inspirar cambios en tu querido país Irán y otras partes del mundo que necesitan escuchar tu voz clara", apostilló.