De una esperada decepción a un profundo sentimiento de abandono, pasando por una contenida resignación. Diferentes parlamentarios, periodistas, analistas y dirigentes regionales afganos, así como la mayoría de medios de prensa en sus análisis y líneas editoriales, no ocultaron ayer sus críticas ante la nueva estrategia para su país planteada por el presidente Barack Obama. La principal fuente de preocupación procede del compromiso de iniciar la retirada de tropas en un plazo de 18 meses, lo que en Afganistán se lee en clave del pasado: "Muchos afganos interpretan el discurso de Obama como una repetición de la historia; nos van a abandonar como en 1992", dijo Omar Sharif, director del think tank Instituto Americano para Estudios de Afganistán.

Sharif se refería al escaso interés que suscitó su país en la comunidad internacional una vez que las tropas soviéticas se retiraron de territorio afgano. Derrotado el comunismo, Occidente se cruzó de brazos a principios de los 90 ante la sangrienta guerra civil en que se sumergió Afganistán y de la que surgieron los talibanes y Al Qaeda. Incluso si todos coinciden en que la fecha fijada por Obama es orientativa y está planteada para presionar al presidente Karzai para que afronte el problema de la corrupción, Sharif echa de menos cosas en el discurso de Obama: "No ha existido ningún compromiso a largo plazo con Afganistán; todos esperábamos una fecha (para la retirada) pero no que fuera en un periodo de 18 meses". "Estoy decepcionada, aunque no sorprendida", indicó la diputada por Kabul Shukria Barakzai.

Omisión de las víctimas

Barakzai admite, no obstante, ciertos avances con respecto a su antecesor, George Bush. "Entonces no había estrategia ni plan". Barakzai echa de menos en el discurso una mención al elevado número de víctimas civiles causadas por las operaciones de las tropas internacionales: "No ha dicho nada de esto".

El comandante de las tropas estadounidenses y de la OTAN, el general Stanley McChrystal, transmitió a través de videoconferencia a sus hombres la nueva estrategia de Obama. McChrystal se declaró satisfecho con el plazo de 18 meses, aunque implícitamente contradijo al presidente de EEUU, al reconocer a la prensa que se necesitarán "4 años" para formar a las tropas afganas necesarias para que puedan afrontar solas la insurgencia.