Un arqueólogo israelí reveló ayer la existencia de una sala de oración musulmana en el lugar de las polémicas obras en una rampa de acceso a la puerta Mugrabi, cerca de la mezquita de Al Aqsa, en Jerusalén. Los líderes musulmanes denunciaron el secretismo de Israel, ya que la sala se halló hace tres años. Israel lo mantenía en secreto para ocultar la vinculación de este lugar con el islam, según las autoridades musulmanas.