Atres días de la destitución del excoronel Lucio Gutiérrez por parte de un Congreso reunido fuera de su sede, el Gobierno ecuatoriano surgido de la crisis no logra despejar algunas dudas de la comunidad internacional sobre su legitimidad, ni tampoco los temores de que los problemas hayan por fin acabado.

En declaraciones al Canal 4 de televisión, el canciller Antonio Parra calificó de "desconcertante" la actitud de la Organización de Estados Americanos (OEA) de demorar su aval a las nuevas autoridades. El Consejo Permanente de la OEA tenía previsto ayer analizar el tema, pero en su seno se han escuchado posiciones encontradas.

Parra instó a la OEA a que "reconozca" que en Ecuador la situación se ha resuelto dentro de los carriles constitucionales. El canciller consideró "extraño" que durante los cuatro meses que duró la "dictadura" --desde el momento que Gutiérrez intervino el poder judicial, en diciembre-- las peticiones de una "intervención" de la OEA nunca llegaron a buen puerto. "Nadie movió un dedo", dijo. Y ahora, "que estamos en democracia, surgen estas dudas", añadió el canciller, que expresó su esperanza de que el tema sea "resuelto en breve".

PRUDENCIA GENERAL El presidente Alfredo Palacio tampoco recibió un contundente respaldo de la reunión de ministros de Exteriores iberoamericanos, reunidos en Sevilla. De acuerdo con el comunicado facilitado por la cancillería española, los países iberoamericanos pactaron "promover iniciativas que refuercen la estabilidad regional" y mantener "permanentes consultas".

El Mercosur, por su parte, mantuvo su prudencia y llamó "a las fuerzas públicas y sociales" ecuatorianas "a fin de encontrar soluciones a esta situación". El canciller brasileño, Celso Amorim fue sin embargo más lejos. "Creo que la salida de Gutiérrez no se desarrolló de acuerdo con la Carta constitucional".

Estas palabras se entendieron como una respuesta a las demoras de Ecuador para permitir que Gutiérrez abandone el país y se asile en Brasil. "Brasil ha autorizado el asilo pero nosotros no autorizamos el salvoconducto", dejó claro ayer el canciller Parra. "Tenemos que estudiar primero todas las circunstancias, antes de tomar una decisión que es muy delicada", añadió.

MAS INCERTIDUMBRE En este contexto, el vicepresidente del Tribunal Constitucional, Lenin Rosero, negó que los vocales de ese organismo estén preparando un dictamen sobre la inconstitucionalidad del nombramiento de Palacio. La noticia, publicada por el diario El Comercio , agregó otra dosis de incertidumbre.

Palacio continuaba realizando febriles reuniones para terminar de formar Gobierno. Su posición, coinciden los analistas, dista de ser alentadora. El nuevo presidente no pertenece a ninguno de los partidos que, entre bambalinas y al calor de la protesta social, acabaron con Gutiérrez. Tampoco es un líder social ni fue puesto por los militares, verdaderos árbitros de la coyuntura. Palacio destituyó ayer al anterior comando conjunto de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional, que tuvo una actitud cambiante durante las protestas de los últimos días.

En su Gabinete coexisten ministros como el de Economía, Rafael Correa, que ha sido un duro crítico de la dolarización de la economía y del Tratado de Libre Comercio (TLC) que Ecuador desea suscribir con EEUU. Junto a Correa hay sectores claramente de derechas, como el ministro de Gobierno, Mauricio Miranda, que tiene ante sí la difícil tarea de sentar las bases de la reconstrucción de un país sin poder judicial. "Ni en Africa sucede esto", dijo a TV Amazonas.