La refundación del Frente Nacional en la que ha puesto toda su energía Marine Le Pen para alejar los demonios del pasado y disipar el miedo de los electores, empieza mal. Ni siquiera es oficial el nuevo nombre del partido, que deberán avalar en las próximas semanas los militantes mediante un voto por correo, y ya hay un notable jaleo en torno a los derechos de propiedad de la marca ‘Rassemblement National’ -Reagrupación Nacional- propuesta por Le Pen en el XVI Congreso del partido clausurado en Lille este domingo.

Igor Kurek, secretario general de una asociación que se define como “gaullista y republicana”, asegura ser el propietario del nombre registrado en el Instituto nacional de propiedad intelectual el 30 de diciembre del 2012 por el presidente de la organización, Frédérick Bigrat.

“El RN es de derecha gaullista y republicana, el FN es de extrema derecha”, ha argumentado Kurek, que promete llevar el asunto a los tribunales. Una amenaza que no ha alterado mucho a la presidenta del Frente Nacional. Marine Le Pen sostiene que el nombre le pertenece porque el pasado 22 de febrero firmó con Bigrat un contrato privado de cesión.

Por si fuera poco, Le Pen tiene la intención de litigar con Kurek por el uso fraudulento que la asociación en cuestión hace del logotipo del FN, la famosa llama tricolor. Por lo tanto, todo indica que habrá una batalla jurídica que coloca al Frente Nacional en una situación incómoda.

Si el nombre está ya registrado, la justicia le puede prohibir usarlo y, si aún así sigue adelante, el partido podría verse obligado a pagar una multa de varios millones de euros por daños y prejuicios, algo que no haría más que agravar el lamentable estado de las finanzas del Frente Nacional, a quien ningún banco francés le concede un préstamo.

“Negro de mierda”

La futura marca tropieza además con un homónimo molesto. ‘Reagrupación Nacional Popular’ fue el partido fundado por Marcel Déat en 1941 que durante la Ocupación nazi tenía en su ideario convertirse en el partido único del régimen colaboracionista de Vichy.

Una referencia histórica que encaja mal con la intención de Le Pen de deshacerse de la herencia de su padre, Jean Marie Le Pen, quien en los últimos días ha calificado de “auténtico asesinato político” la decisión de enterrar el nombre de la formación nacida en 1972.

También ha criticado la falta de “imaginación” de su hija porque en 1986 esa etiqueta aparecía en la campaña de las elecciones legislativas en las que él figuraba como cabeza de cartel.

A la polémica en torno al nombre se une un episodio que salpica al número dos de las Juventudes del Frente Nacional y asistente parlamentario de Marine Le Pen en el Parlamento Europeo, Davy Rodríguez, obligado a dejar su actividad política después de que en las redes sociales se hiciera viral un vídeo en el que trata de “negro de mierda” al portero de un bar de copas de Lille. La fiscalía de la ciudad flamenca ha abierto una investigación por insultos racistas.