El pulso a tres bandas entre el Consejo de Gobierno Iraquí (CGI), las autoridades ocupantes de Irak y la ONU acerca del sucesor de Sadam Husein acabó ayer con la designación de Gazi al Yauar, un líder tribal de confesión suní, como nuevo presidente de Irak. En su primera declaración pública tras su nombramiento, Yauar exigió que la nueva resolución del Consejo de Seguridad de la ONU garantice el traspaso "total de soberanía" a los iraquís. La insurgencia iraquí saludó el nombramiento del sucesor de Sadam con dos nuevos atentados con explosivos que mataron a al menos 14 iraquís.

El nombramiento de Yauar fue posible tras la renuncia al cargo de Adnán Pachachi, descrito por los medios de comunicación como el candidato de la ONU y de EEUU. Con un cierto tono de resentimiento, Pachachi arremetió contra quienes resaltaron sus relaciones con EEUU, lo que, en su opinión, le hizo parecer "menos patriota". Acto seguido, el CGI se autodisolvió tras 11 meses de trabajos, sin haber logrado imponerse a la coalición ocupante durante su mandato ni tampoco haber gozado del apoyo de los ciudadanos de a pie. Tan sólo cuatro miembros del CGI estarán presentes en el Ejecutivo provisional.

CRITICO CON EEUU Ya antes de ser nombrado presidente, Yauar, que en la actualidad ostentaba la presidencia de turno del CGI tras la muerte en atentado del shií Ezedin Salim, se había convertido en uno de sus miembros más críticos respecto a la transferencia de soberanía. La semana pasada criticó el hecho de que el borrador de resolución que se discute en Nueva York conceda un control muy limitado al Ejecutivo sobre las tropas norteamericanas estacionadas en Irak.

Ayer insistió en que los iraquís quieren una resolución que les permita reconstruir un país "libre, independiente, democrático y federal). El ministro de Exteriores iraquí, Hoshiar Zebari, viajó hasta Nueva York para presionar en la ONU en favor de un traspaso amplio de competencias.

La composición del Ejecutivo interino se completó con el nombramiento de Ibrahim al Yafari, shií del Partido Dawa, y Rowsch Shaways, del Partido Democrático del Kurdistán (KPD), como vicepresidentes del país. El Ejecutivo estará encabezado por el primer ministro, Iyad Alaui, un shií secular que en el pasado colaboró con la CIA para derrocar al régimen de Sadam.

Sin ocultar la decepción que ha supuesto verse marginada del proceso político en Irak, la ONU se apresuró a mostrar su respaldo al nuevo Ejecutivo. Desde Nueva York, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, hizo un llamamiento a todas las partes a "mirar hacia el futuro", aunque admitió que el proceso de selección no había sido "perfecto".

TRIUNFALISMO DE BUSH En cambio, el presidente norteamericano, George Bush, en tono triunfalista, dio la bienvenida a la designación del Ejecutivo. Es "un paso más hacia la realización de un sueño de millones de iraquís", dijo. Bush negó que EEUU haya intervenido en la designación del Ejecutivo.

Ajena a los acontecimientos políticos, la violencia siguió su curso con la explosión de un coche bomba frente a la sede de un partido político kurdo en Bagdad que mató a tres personas, y otro cerca de una base norteamericana al norte de la capital, que provocó 11 muertos.