El presidente iraquí, Barham Saleh, ha encargó a Mohamed Taufiq Alaui formar un nuevo Gobierno, dos meses después de la dimisión del primer ministro Adel Abdelmahdi en medio de las protestas que sacuden Irak desde el 1 de octubre y que supondrán un gran reto para el elegido como nuevo jefe del Ejecutivo. En un vídeo publicado tras su nombramiento en Twitter, Alaui hizo un guiño a los manifestantes, asegurando que han sido pacientes y que "si no hubiera sido por los sacrificios del pueblo iraquí, no se habría logrado ningún cambio". "Yo creo en vosotros", les dijo, pidiéndoles que continúen sus movilizaciones hasta conseguir las reformas políticas y económicas que vienen exigiendo.

Los manifestantes, sin embargo, han rechazado domingo el nombramiento Alaui al considerar que no es independiente y forma parte de la clase política que destruyó el país. Uno de los portavoces de los manifestantes en la plaza Tahrir, epicentro de la revuelta en Bagdad, ha asegurado a Efe que "la plaza Tahrir" manifestó su postura en un comunicado en el que "es rechazado". "A pesar de las condiciones presentadas muchas veces en las plazas de las manifestaciones (...) la autoridad de represión política insiste en llevar al país a lo desconocido", afirmaron los movilizados en el comunicado.

El influyente clérigo chií Muqtada al Sadr, se distanció del movimiento popular para centrarse en exigir la expulsión de las tropas de EEUU de Irak, pero ayer volvió a tender la mano a los manifestantes y hoy celebró el nombramiento de Alaui. "Hoy quedará grabado en la historia de Irak porque el pueblo es quien eligió a su primer ministro y no los bloques" políticos, dijo en un comunicado. Y afirmó: "Los revolucionarios estamos obligados a continuar a protestar de forma pacífica para que se complete la formación de un gabinete independiente, elegido por el pueblo para servir al pueblo".

DEMANDAS LEGÍTIMAS

"Esperamos del hermano Alaui que no ceda ante las presiones externas e internas, que anuncie su programa y acelere (la celebración de) elecciones anticipadas (...) y que busque la soberanía e independencia de Irak", agregó. Al Sadr ofreció su apoyo al nuevo Gobierno y pidió a los suyos que no interfieran en su formación, dirigiéndose a la coalición parlamentaria Sairún, una de las más numerosas del hemiciclo y respaldada por el clérigo.

Irán, por su lado, aliado del Gobierno iraquí, ha dado este domingo su beneplácito y apoyo a Alaui para que pueda restaurar la estabilidad en Irak en esta "situación tan delicada". El comunicado de Exteriores de Irán ha expresado, no obstante, su esperanza de que Alaui pueda "cumplir con las demandas legítimas del pueblo iraquí y las principales autoridades religiosas para lograr un Irak estable y con una posición regional importante".

Alaui, nacido en Bagdad en 1954 y arquitecto de formación, estuvo al frente de la cartera de Telecomunicaciones en 2006 y en 2010, aunque en ambos casos renunció antes de que pasaran dos años. Ahora tiene ante sí la misión no sólo de hacer malabares para formar un gabinete aceptado por las fuerzas políticas y la calle, sino resolver algunas cuestiones urgentes que desactiven la rabia y la indignación de los manifestantes.

Según la Misión de Naciones Unidas en Irak (UNAMI), al menos 467 manifestantes han muerto y más de 9.000 han resultado heridos en los pasados cuatro meses de protestas.