Alí Ismail Abbas está orgulloso de sus nuevos brazos. El huérfano de Irak, el niño que perdió a su familia y quedó mutilado cuando un misil aliado destruyó su casa en Bagdad, vuelve a sonreír. "No creía que iban a quedar tan bien. Parece mi propia piel y me han dicho que aún van a quedar mejor cuando estén completamente terminados", le decía Alí a la reportera del diario británico Daily Mirror , a la que trataba de peinar con su mano articulada recién estrenada, que aún no domina demasiado bien. "No creo que pueda llegar a ser un buen peluquero", bromeaba.

EL EMBLEMA DE LA GUERRA

Antes de la guerra, Alí quería ser oficial del Ejército. Hoy desea ser médico. En hospitales y entre doctores lleva desde hace seis meses, cuando traumatizado, sin brazos, y con el torso abrasado, transformado en una enorme llaga, fue descubierto por la prensa internacional en un hospital de la capital iraquí. En la explosión y el incendio que destruyeron su casa habían perecido su madre, embarazada de siete meses, su padre, su hermano y 10 miembros más de la familia. El insufrible dolor, la atrocidad de su historia, convirtieron al inconsolable huérfano, en el símbolo de todas las víctimas inocentes de una guerra injustificable.

"Estaba durmiendo y al principio creía estar soñando. Me dijeron que me habían operado. Cuando me desperté todo estaba borroso. Luego me di cuenta de que no tenía brazos y me eché a llorar", recuerda Alí, que a punto estuvo de sucumbir a una septicemia.

Desde Bagdad, fue trasladado a un hospital en Kuwait y en agosto llegó finalmente a la capital británica, donde ahora le han colocado por primera vez la prótesis en el hospital londinense de Queen Mary. Los brazos han sido diseñados por el especialista Nick Hillsdon para la Asociación de Tullidos.

La prótesis izquierda es puramente estética, porque no había carne suficiente para que los doctores pudieran colocar un apéndice más elaborado. El brazo derecho, en el que Alí se ha puesto un tatuaje del Manchester United, el equipo de sus amores, es una pieza de gran sofisticación. Los médicos han colocado un electrodo tocando el músculo del muñón derecho, para que pueda abrir y cerrar la mano, así como girar el codo en tres posiciones diferentes. Una correa desde el pecho le permite, gracias al movimiento de los hombros, girar la muñeca en dos sentidos.

"Otra vez estoy entero. Es estupendo poder llevar algo así. Creo que voy a impresionar a las chicas", decía el joven paciente encantado con el artilugio. "Ahora lo que quiero es abrazar a mis hermanas y al resto de mi familia. También quiero lavarme los dientes y la cara yo solo".

La realidad es sin embargo algo más cruda. "Alí quiere dos brazos y es lógico que desee parecer normal, pero creo que con el tiempo sólo llevará su brazo derecho", afirma Hillsdon. El niño necesitará meses de entrenamiento para poder manejar los miembros ortopédicos. Su tío Mohamed, que no se ha separado de su lado durante estos meses, cree que la nueva vida será difícil. En Bagdad le esperan sus seis hermanas.

ESTRELLA DE LA TELEVISION

Alí fue anoche la estrella de un programa de la televisión, donde condenó con rabia a los que han traído la desgracia a su vida. "Me sigo preguntando: ¿por qué han bombardeado a la gente de Irak ¿qué les hemos hecho?". "Espero que el piloto que destruyó nuestra casa se queme, como mi familia y yo nos quemamos", dijo.

A pesar de lo bien que le tratan los médicos ingleses y de la visita la pasada semana de su ídolo, David Beckham, Alí mira con recelo a los británicos. "Me mandan cartas al hospital", dice con amargura, "pero siguen ayudando a los americanos".