Agentes de la policía y decenas de manifestantes vuelven a protagonizar este domingo violentos enfrentamientos en el centro de Ankara, donde hasta ahora el día había transcurrido en tensa calma tras dos jornadas de protestas en toda Turquía.

La policía, que ha renunciado a desalojar la céntrica plaza de Kizilay, está utilizando granadas de gases lacrimógenos contra grupos de activistas que intentan acercarse al cercano palacio del primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, informaron a Efe desde el lugar de los hechos algunos testigos, quienes aseguraron que hay varios heridos.

No obstante, la represión de las protestas parece menor que la del sábado, cuando unos 30 estudiantes resultaron heridos, algunos de ellos de gravedad, agregaron las fuentes.

Desde el sábado, unas 10.000 personas, sobre todo estudiantes, ocupan la plaza Kizilay en la capital turca, en lo que nació como una manifestación de apoyo a las protestas que paralizaron Estambul por la defensa de un parque público amenazada por los planes urbanísticos.

La protesta de Ankara, donde los jóvenes han levantado barricadas, es una más de las muchas que han surgido en decenas de ciudades turcas, como Esmirna, Adana, Antalya o Samsún, en apoyo a Estambul.