Al menos 3.373 personas murieron y 7.558 están desaparecidas a causa del terremoto del viernes pasado en el noreste de Japón, según el último recuento facilitado hoy por la policía nipona. La cifra final de víctimas podría todavía aumentar en algunos municipios de las provincias más afectadas, Iwate, Miyagi y Fukushima, donde hay miles de personas todavía sin localizar. Unos 100.000 soldados japoneses, ayudados por voluntarios extranjeros especialistas en salvamento, continúan peinando la zona devastada en busca de supervivientes atrapados bajo los escombros o arrastrados mar adentro por una ola gigante que alcanzó diez metros de altura. El Gobierno japonés informó hoy de que ha rescatado a 25.000 personas después del terremoto de 9 grados y posterior tsunami del viernes. Más de medio millón de evacuados vive ahora en unos 2.500 refugios temporales, muchos de los cuales no tienen agua potable o electricidad