El presidente de EEUU, Barack Obama, ha manifestado hoy, en una comparecencia en la Casa Blanca, que los 91.000 documentos clasificados sobre la guerra en Afganistán que el domingo filtró la organización Wikileaks en su página web "no revelan nada nuevo" que no se hubiese debatido antes públicamente. Sin embargo, el jefe de la Casa Blanca ha manifestado su preocupación por el hecho de que los detalles sobre nombres, operaciones y personal puedan poner en peligro a las tropas destinadas en el país asiático así como las operaciones para combatir a los talibanes.

En una breve declaración a la prensa en la Rosaleda de la Casa Blanca tras una reunión con los dirigentes del Congreso de EEUU, Obama ha restado importancia a las revelaciones de esos documentos al indicar que las informaciones son antiguas y solo contienen "los mismos desafíos que nos llevaron a poner en marcha una nueva estrategia" en diciembre pasado. "Por eso elevamos nuestro compromiso" con la guerra y la dotación de tropas, que ha aumentado en 30.000 soldados más desde la adopción de la nueva estrategia.

Según el presidente estadounidense, "es necesario llevar a buen fin" esa estrategia pues solo así la guerra, que en octubre entrará en su décimo año, podrá concluir con éxito. Obama ha aprovechado para pedir a la Cámara de Representantes que apruebe, en la votación que tiene prevista hoy, el proyecto de ley presupuestario que concede nuevos fondos a la guerra.

INVESTIGACIÓN DEL PENTÁGONO

La declaración de Obama va en la línea de la expresada horas antes por el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibs, que ha insistido que los documentos divulgados por Wikileaks son informes de campo redactados por soldados sobre el terreno, "no contienen grandes nuevas revelaciones" pero sí detallan "nombres, operaciones, personal". Entre otras cosas, los informes militares revelan operaciones encubiertas, muertes de civiles de las que nunca se informó públicamente y denuncian la ayuda de los servicios secretos paquistanís al movimiento talibán.

Mientras, el Pentágono ha anunciado hoy la apertura de una investigación penal sobre la fuente que facilitó los documentos clasificados a la organización Wikileaks, que los hizo públicos el pasado fin de semana en su página web. El coronel David Lapan, portavoz del Pentágono, ha apuntado que la investigación correrá a cargo de la división investigadora del Ejército de Tierra, que ya investigó al analista de inteligencia Bradley Manning, de 22 años, acusado el mes pasado de filtrar otros documentos a Wikileaks.

Según ha afirmado Lapan, no está claro si las docenas de miles de documentos divulgados el pasado domingo proceden de Manning o su filtración es responsabilidad de otra persona. Así, las pesquisas se centrarán "en un espectro más amplio" de personas que pudieron filtrar la información.