Hasta ahora la Casa Blanca había dejado en manos del Congreso la iniciativa para sacar adelante la reforma sanitaria. Un mes después de que los demócratas perdieran la supermayoría en el Senado y de que la propuesta estrella de su primer año de mandato corriera peligro de naufragar en el Capitolio, Barack Obama puso ayer un nuevo texto sobre la mesa que propone dar cobertura a 30 millones de estadounidenses sin seguro y medidas para frenar los abusos de las aseguradoras.

La nueva propuesta del presidente estadounidense, que fue colgada ayer en la web de la Casa Blanca, costará unos 730.000 millones de euros en los próximos 10 años y desde el Gobierno insistían ayer en que de ser aprobada por el Congreso y ratificada por Obama ayudará a reducir el déficit presupuestario en unos 73.000 millones de euros.

Quizá la principal concesión que ha tenido que hacer el presidente es olvidarse de la opción pública. Para frenar "los aumentos abusivos" de tarifas por parte de de las aseguradoras privadas Obama propone poner en marcha una nueva agencia dependiente del Ejecutivo federal para revisar que los precios de las pólizas no suban de una forma desorbitada.

El punto de partida del nuevo texto es el que fue aprobado el pasado 24 de diciembre por la Cámara alta, aunque incluye algunas modificaciones con el objetivo de ganarse el apoyo de los demócratas de la Cámara de Representantes.