No parece, a juzgar por lo que dijeron ayer varios miembros del comité de Finanzas del Senado, que la confirmación de Timothy Geithner como secretario del Tesoro corra peligro. Pero sin duda, Geithner, el hombre que debe administrar el gigantesco paquete de ayudas públicas al sector financiero, ha protagonizado otro caso embarazoso con el que se encuentra Barack Obama, al desvelarse que dejó de pagar unos 43.000 dólares (30.130 euros) en impuestos en el periodo en que trabajó para el Fondo Monetario Internacional (FMI) a principios de esta década. Además, una empleada del hogar hispana trabajó unos meses para él sin tener permiso de trabajo.

Según explicó el equipo de Obama, no se trata de que el hombre que el presidente electo ha elegido entre otros asuntos para dirigir la agencia fiscal haya defraudado al fisco, sino que cometió unos "errores" técnicos en su declaración de la renta en el periodo en que trabajó para el FMI. Durante el proceso de elección de Geithner, el equipo de Obama se percató del "error" y este pagó su deuda con intereses. Aun así, los hecho salieron a la luz y Geithner acudió al Capitolio para asegurarse de que la sesión de confirmación, el próximo miércoles, no se envenenará.

De todas formas, los problemas con los impuestos de Geithner llegan en un mal momento, justo cuando Obama trabaja para que el Congreso dé el visto bueno a la segunda fase del plan de rescate del sector financiero.