Desde que estalló la última revolución tecnológica, la semántica ha extendido el uso del término virtual. Hoy, sin embargo, ese concepto es tan obsoleto como las primeras consolas de videojuegos. Consciente de ello, el presidente de EEUU, Barack Obama, se ha propuesto revitalizar la seguridad en un frente de esencial relevancia econó- mica y también militar que Washington ha tenido bastante desatendido. "El ciberespacio es real y lo son también los riesgos que conlleva", dijo ayer en la Casa Blanca al anunciar una nueva estrategia de ciberseguridad.

Su plan, finalizado el mes pasado tras dos meses de estudio pero no anunciado hasta ayer, incluye una nueva oficina liderada por un ciberzar, un nuevo alto cargo a quien elegirá personalmente y que tendrá acceso directo al Despacho Oval e informará tanto al Consejo de Seguridad Nacional como al Económico. Han sido las complicaciones legales que representará ese nuevo cargo según la autoridad que se le atribuya --y el debate sobre cuánto dinero destinar a este nuevo frente-- lo que ha hecho que el anuncio se retrasara.

DUDAS DEL SECTOR PRIVADO A la iniciativa también la rodean grandes dudas del sector privado. Tratando de calmarlo de antemano, Obama insistió ayer en que trabajará en colaboración con este y no imponiéndose, y garantizó el absoluto respeto a la intimidad de los ciudadanos: "Nuestra búsqueda de ciberseguridad no incluirá controlar redes del sector privado o tráfico en internet. Sigo firmemente comprometido con la net neutrality no interferencia de los poderes públicos en la red para que podamos mantener internet como debe ser, accesible y gratis".

Es este un nuevo frente de lucha al que Obama sabe que llega con retraso. Admitió que EEUU "no está, ni como Gobierno ni como país, lo preparado que debería estar". Recordó, por ejemplo, los ataques que los piratas informáticos realizaron a su propia red de ordenadores durante su campaña. Mencionó también casos de costoso ciberespionaje industrial, robos de identidad e información corporativa y acceso a cuentas bancarias ajenas.

Los agujeros en las defensas del ciberespacio, en cualquier caso, van mucho más allá. Recientemente se ha dado a conocer el robo de información militar y se han constatado accesos ilegales de ciberespías a los ordenadores que controlan todo el sistema eléctrico de EEUU, donde un ciberataque podría tener consecuencias catastróficas.

Además, hay sospechas de que algunas de las incursiones en el ciberespacio estadounidense no han sido de piratas aislados o vinculados a grupos terroristas, sino de gobiernos extranjeros. China ha sido el más señalado.

MANDO MILITAR Ante la demostrada vulnerabilidad, el Pentágono tiene también planeado crear un nuevo mando dedicado a la ciberrealidad. Aunque el Ejército aún no ha presentado la propuesta a Obama, The New York Times avanzó ayer que el Pentágono plantea llevar a cabo acciones de ciberguerra. El diario aseguró también que el presidente firmará en las próximas semanas una orden clasificada para dar luz verde a ese cibermando, que ratifica la existencia de armas computerizadas en el arsenal estadounidense.

Es en el terreno militar también donde se anticipan más retos y problemas éticos y legales. La nueva unidad podría quedar bajo control del Pentágono, pero también de la Agencia de Seguridad Nacional, la misma que decidió espiar a ciudadanos estadounidenses, violando las leyes que impiden al espionaje de EEUU actuar en su suelo.