Se marchan por el mismo lugar por el que llegaron, cruzando de noche la frontera entre Irak y Kuwait. Siete años después del inicio de aquella invasión ordenada por la administración de George W. Bush siguen sin aparecer las armas de destrucción masiva de Sadam Husein y el dictador ya no está, pero el saldo de la guerra es estremecedor. Unos 100.000 civiles iraquís muertos. Más de 4.700 soldados fallecidos, la mayoría estadounidenses. También 11 militares españoles.

Acompañados de un equipo de la NBC, el miércoles por la noche se inició el regreso a casa de las últimas brigadas de combate estadounidense en Irak que continuará en los próximos días. Otra vez más, imágenes de carros de combate replegándose y las caras de felicidad en los rostros de los soldados de la Cuarta Brigada Stryker. "La operación Libertad Iraquí termina ahora en sus relojes. Este es un momento histórico", fueron las palabras del jefe de la Segunda División, el coronel John Norris, recibidas entre muestras de júbilo de sus tropas.

LA MISION NO HA ACABADO Un portavoz del Pentágono aclaró que aún deben marcharse otros 6.000 soldados de Irak antes del 31 de agosto, la fecha fijada por la administración de Obama para dar por concluida oficialmente la llamada operación Libertad Iraquí. Y el Departamento de Estado y la Casa Blanca reiteraron que la misión de EEUU en Irak no ha acabado.

Es posible, pues, que el último soldado de combate no se haya ido aún del país, pese a la dotación de simbolismo y toda la escenificación televisada que acompañaron la llegada a Kuwait de tropas de EEUU. En cualquier caso, nadie osó repetir expresiones como la ya famosa "misión cumplida" de Bush dos meses después de la invasión.

A partir del 1 de septiembre se dará paso a la operación Nuevo Amanecer, un periodo de transición para que las autoridades iraquís puedan retomar definitivamente las riendas del país. Por eso se habla de una retirada a medias, una nueva fase más para el final de la guerra.

DICIEMBRE DEL 2011 En esta nueva fase intervendrán unos 50.000 militares estadounidenses que permanecerán en el país para ayudar en las tareas de entrenamiento y formación de los oficiales del Ejército y la policía. La salida definitiva no se producirá hasta diciembre del 2011, tal como anunció hace meses la Casa Blanca. Y a pesar de lo definido del calendario, no está claro que al final vaya a cumplirse, porque en 18 meses pueden pasar muchas cosas. La situación de Irak genera aún dudas.

La nueva estrategia estará más centrada en la diplomacia que en lo militar. Se espera que de aquí a un año se duplique la presencia de personal civil en Irak (y la seguridad privada también). Más de 2.500 personas trabajarán en la embajada en Bagdad y otras zonas del país. Su misión, ayudar en la reconstrucción y colaborar para garantizar la estabilidad. Al margen de las tareas de entrenamiento, las fuerzas estadounidenses seguirán participando en operaciones de contrainsurgencia.

Cuando Obama llegó al poder hace año y medio las tropas en Irak ascendían a 150.000 y su promesa fue poner fin a la contienda en Irak, para la que se han destinado más de 750.000 millones de dólares en 7 años.