Con una sonrisa picarona, el virtual candidato republicano a la presidencia de EEUU, John McCain, acabó su discurso de la victoria tras imponerse en las primarias de Maryland, Washington DC y Virginia con un claro mensaje: "Amigos míos, estoy lanzado y preparado para todo". La frase pertenece a la campaña de Barack Obama, y evidencia el momentum político y mediático que vive la carrera demócrata: el senador por Illinois va en cabeza tras ganar las últimas ocho votaciones, y criticarlo es lo mejor que puede hacer a día de hoy el candidato republicano.

McCain puede permitirse el lujo de olvidarse de su oponente en el Partido Republicano, el correoso Mike Huckabee, y poner en duda la sustancia del discurso de esperanza de Obama. Para Clinton, es una cuestión de supervivencia. La senadora por Nueva York sufrió contundentes derrotas en Maryland, Washington DC y Virginia, goleadas sin paliativos que la dejan maltrecha y necesitada, quién lo iba a decir, de recurrir a la estrategia de Rudy Giuliani.

Giuliani desdeñó en su campaña los estados pequeños (Iowa, Nuevo Hampshire, Nevada...) y se centró en los peces gordos en términos de delegados: Florida y el supermartes. El error del exalcalde de Nueva York fue minusvalorar el empuje político y mediático que dan las victorias, aunque sean en estados pequeños, y cuando llegó Florida le fue imposible batir al creciente McCain. Giuliani lo dejó antes del supermartes. Clinton está más o menos en la misma tesitura: le toca centrarse en Ohio y Tejas, que votan el 4 de marzo. No le queda otra después de haber acumulado ocho derrotas tras el supermartes.

Las votaciones del martes a orillas del Potomac enviaron más malas noticias a la campaña de Clinton. Las perdió todas por más de 20 puntos de diferencia. Los estudios de los votantes hablan de que Obama ha aumentado su base de apoyo. Así, al respaldo de los negros y de los jóvenes, el senador sumó el de mujeres y hombres, el de los demócratas urbanos y el de los rurales, el de los trabajadores y el de la clase media-alta. Solo las mujeres blancas permanecieron fieles a Clinton, pero este dato se compensó por la victoria de Obama entre los hombres blancos.

HACIA TEJAS La noche electoral, Clinton voló a El Paso (Tejas) para simbolizar su nuevo mensaje. Como argumentaba Giuliani antes de estrellarse, lo que cuentan son los estados grandes (ella ha ganado en California, Nueva York y Nueva Jersey). No sirve ganar en estados considerados republicanos. Hay que ser fuerte en los estados que serán importantes en noviembre, justamente en los que ella ha ganado.

Pero su estrategia no oculta que Obama está en la cresta de la ola, acumulando victorias, recaudando más dinero, llevándose los titulares positivos y encabezando la carrera en términos de delegados. Tejas y Ohio son territorios a priori favorables para Clinton, pero la senadora vuelve a estar en el rincón. En Nuevo Hampshire resucitó. Estas tres semanas son decisivas.