Barack Obama sigue creyendo en Estados Unidos como "una tierra prometida" ('A promised land'), el título del primer volumen de sus memorias presidenciales que se pone a la venta este martes. El 44 presidente, no obstante, también ve la democracia del país en peligro, debilitada a pasos acelerados durante la presidencia de Donald Trump, y está pasando las últimas horas urgiendo al mandatario republicano a aceptar la derrota ante Joe Biden y poner en marcha el proceso de transición.

En varias de las entrevistas que ha realizado para la promoción del libro Obama ha increpado con dureza a Trump por su actitud en los últimos 13 días. El domingo, por ejemplo, en la emitida en el programa '60 minutes', recordaba:"Un presidente es un servidor público, por diseño ocupa temporalmente el cargo, y cuando se acaba nuestro tiempo, entonces es tu trabajo poner el país primero y pensar más allá de tu ego, de tus propios intereses, de tus propias decepciones".

Obama tampoco ahorra críticas al Partido Republicano, recriminando a sus líderes que "no deberían" haber permitido que Trump propague sus acusaciones infundadas de fraude electoral sin darle réplica. "Es un paso más en la deslegitimización no solo de la Administración Biden sino de la democracia en general, y es un camino peligroso", advertía Obama, que se muestra "consternado" por esa complicidad y silencio republicano. "El tiempo que se está perdiendo en este proceso de transición tiene efectos en el mundo real", recordaba en otra entrevista emitida el lunes en la radio pública NPR. "Estamos en medio de una pandemia, estamos en medio de una crisis económica, tenemos temas serios de seguridad nacional".

DEMOCRACIA DEBILITADA Y VERDAD

Para Obama, que en otra entrevista con 'The Atlantic' ha acusado a Trump de no aceptar la transición por su "petulancia", todo forma de un patrón de "una presidencia que ha despreciado todo un conjunto de normas institucionales básicas" y que, sobre todo, deja un legado grave al no cumplir con la lógica histórica de que los presidentes deben "dejar los instrumentos de nuestra democracia al menos tan fuertes como los encontraron", algo que claramente no ha sucedido con Trump, al que Obama no ve como la causa de divisiones y los problemas del gobierno sino como "un acelerador".

"Lo más importante y desconcertante", alertaba también Obama en '60 minutes', "es que hemos visto lo que algunos llaman 'decadencia de la verdad', algo que se ha acelerado con el presidente saliente Trump, la sensación de que no solo no tenemos que decir la verdad, sino que la verdad ni siquiera importa".

Es una radiografía que también ha hecho en la entrevista con 'The Atlantic', donde Obama vuelve su mirada a la responsabilidad de los medios conservadores que llevan años dando alas al populismo y, sobre todo, a las redes sociales. "No hago a las tecnológicas del todo responsables porque esto les precede, ya estaba aquí, pero lo han turbocargado (...). Si no tenemos capacidad de distinguir lo que es verdadero de lo que es falso, por definición el mercado libre de ideas no funciona, y por definición nuestra democracia no funciona".

EL CAMBIO, CON PALIN

Al escribir 'A promised land', según ha explicado, Obama se dio cuenta de que muchas de las cosas que pasaron en su presidencia auguraban lo que ha sucedido en la de Trump, y nada lo hizo más que la candidatura como vicepresidenta de Sarah Palin, la irrupción del Tea Party, la aparición junto a Fox News y Rush Limbaugh de todo un ecosistema mediático... "Habían cambiado la base republicana de tal manera que sus cargos electos sentían que no podían permitirse cooperar conmigo o con los demócratas. No podían adoptar nada que no fuera línea dura. Tenían que tolerar teorías conspiratorias que sabían que no eran verdad", recuerda Obama. "Obviamente eso es pertinente hoy".