El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha telefoneado al rey de Arabia Saudí, Abdullah bin Adbul Aziz Al Saud, para discutir el acuerdo provisional alcanzado entre el G5+1 e Irán sobre su programa nuclear, informó la Casa Blanca en un comunicado.

Obama y el monarca saudí acordaron mantenerse en contacto de manera regular a medida que avanzan las negociaciones para lograr un acuerdo a largo plazo "que resolvería las preocupaciones de la comunidad internacional en relación con el programa nuclear de Irán", agregó la Casa Blanca.

Arabia Saudí, junto a Israel, son los dos socios y aliados estadounidenses que más se han opuesto a la vía diplomática para descabezar el desarrollo nuclear del país islámico.

Obama ya telefoneó al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, para asegurarle que Estados Unidos e Israel mantienen en objetivo común de no permitir que Irán se haga con una bomba nuclear, un mensaje que repitió hoy al rey saudí.

Alteración de fuerzas

El entendimiento con Teherán, aunque provisional y condicionado, deja a Israel y Arabia Saudí en una situación completamente nueva, y altera lo que había sido hasta ahora la relación de fuerzas en el gran conflicto regional entre sunís y chiís, una rivalidad que tiene ramificaciones sangrientas en Irak, Siria y Líbano y Bahrein, entre otros focos de tensión.

Según informaron altos funcionarios de la Casa Blanca, Israel fue informado con premura sobre el contenido del acuerdo, mientras que Obama se apresuró a reiterar tras el acuerdo a su aliado que en caso de incumplimiento por parte del régimen islámico, Estados Unidos revocaría toda ayuda e impondría nuevas sanciones.

El pasado fin de semana los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU (EEUU., Reino Unido, Francia, China y Rusia) más Alemania, lograron un acuerdo histórico en Ginebra que paralizará de manera temporal el programa nuclear iraní por primera vez en una década, mientras que las partes buscan una solución definitiva para el asunto.