El presidente estadounidense, Barack Obama, ha matizado sus comentarios sobre el derecho de los musulmanes a construir una mezquita cerca de la zona cero de los ataques del 11-S en Nueva York. "Yo no estaba comentando y no comentaré si es prudente tomar la decisión de construir una mezquita allí", matizó anoche Obama durante una visita a la costa estadounidense del Golfo de México.

El día anterior "me referí específicamente a los derechos de la gente desde nuestra fundación", precisó Obama en alusión a la práctica religiosa.

El viernes, Obama había dicho que los musulmanes tenían derecho a construir una mezquita cerca del sitio donde estaban las Torres Gemelas, durante una cena de iftar o ruptura del ayuno de Ramadán en la Casa Blanca, pese a la polémica que suscita el proyecto.

"Como ciudadano y como presidente, creo que los musulmanes tienen el mismo derecho a practicar su religión como cualquier otra persona en este país. Eso incluye el derecho a construir un sitio de oración y un centro comunitario en propiedad privada en el Bajo Manhattan, de acuerdo con las leyes y ordenanzas locales", indicó Obama.

Asimismo, durante su discurso ante líderes de la comunidad musulmana en EEUU, el presidente estadounidense manifestó entender las emociones que suscita el proyecto en un "lugar sagrado" como la "zona cero", a la vez que destacó la tolerancia religiosa como uno de los cimientos del país. "Este es Estados Unidos, y nuestro compromiso con la libertad religiosa debe ser inquebrantable", enfatizó.

BAÑO PARA GANAR CONFIANZA

Por otro lado, el presidente Obama ha predicado hoy con el ejemplo y se ha dado el esperado baño en las aguas de las costas del Golfo de México para demostrar que no están contaminadas y que las playas están listas para recibir turistas.

El presidente ha viajado esta mañana junto con su esposa Michelle y su hija menor Sasha, a la localidad de Panama City (Florida) para pasar el fin de semana y promocionar el turismo local. Obama se ha bañado con su hija en la playa del hotel donde se alojan y, para que no haya dudas, la Casa Blanca colgó en la plataforma de internet flickr la fotografía.