Rusia y EEUU inauguraron ayer en Moscú una nueva era de desarme comparable con la proclamada en los años 80 por el último líder soviético, Mijail Gorbachov. El presidente ruso, Dmitri Medvédev, y su homólogo estadounidense, Barack Obama, firmaron en el Kremlin un acuerdo de entendimiento que prevé la reducción de al menos una tercera parte de su respectiva potencia nuclear.

El documento compromete a Moscú y Washington a reducir la cifra de sus cabezas nucleares estratégicas a entre 1.500 y 1.675, y el de sus vectores, a entre 500 y 1.100, en un plazo de 7 años. Rusia posee actualmente más de 5.000 cabezas nucleares desplegadas, y EEUU, más de 4.000, según cifras estimadas.

Se espera que las dos potencias, que concentran el 95% del total de las armas atómicas del mundo, firmen el acuerdo final en diciembre del 2009, cuando vence el anterior tratado de desarme, el START I (1991), que redujo de 10.000 a 6.000 el máximo de cabezas nucleares permitidas. Rusia y EEUU cumplieron esos requisitos en el 2001 y, un año más tarde, firmaron en Moscú el Tratado sobre Reducciones de Armamento Estratégico Ofensivo, que estableció un nuevo recorte de sus arsenales nucleares hasta 1.700-2.200 cabezas para cada país cara al 2012.

EL BOTON DE REINICIO Según el documento firmado por Medvédev y Obama, el nuevo acuerdo de reducción de armas nucleares "mejorará la seguridad tanto de EEUU como de Rusia y generará previsibilidad y estabilidad en las fuerzas ofensivas estratégicas". Los dos presidentes habían anunciado su intención de lograr la nueva reducción de armamento nuclear en una reunión en Londres, celebrada en abril, después de que los jefes de ambas diplomacias, Hillary Clinton y Serguei Lavrov, escenificaran cómo pulsaban el botón de reinicio de las relaciones bilaterales. El deterioro durante la presidencia de George Bush había alimentado incluso comparaciones con los tiempos de la guerra fría, cuando Moscú y Washington se veían como enemigos irreconciliables. La manzana de la discordia había sido la intención de Bush de desplegar en Europa de Este elementos del escudo de defensa antimisiles.

Rusia lo consideró una amenaza directa a su seguridad nacional y amagó con instalar misiles en Bielorrusia y en el enclave ruso de Kaliningrado, fronterizo con Polonia. En la víspera de la cumbre de Moscú, Medvédev reiteró que para el Kremlin el desarme nuclear y el despliegue del escudo antimisiles en Polonia y la República Checa son dos temas relacionados, dando a entender que no habría nuevo acuerdo de reducción de armas nucleares si Obama se negaba a reconsiderar la instalación de los elementos del sistema de defensa antimisiles debajo de las narices de Rusia. Sin embargo, el presidente estadounidense no cedió a la presión del Kremlin y se limitó a firmar un documento de "entendimiento mutuo" que, en el tema de la defensa antimisiles, promete negociaciones bilaterales. En el comunicado conjunto, ambos presidentes declaran que planean "continuar el debate sobre la cooperación".