Barak Obama, candidato demócrata a la presidencia de EEUU, ofreció ayer en París una política exterior de consenso con los aliados si llega a la Casa Blanca. "Una política exterior eficaz no se debe basar solo en nuestra potencia, sino en el consenso. Una Administración Obama defenderá los intereses de EEUU, pero escuchará atentamente a sus aliados", dijo el senador, que puso como ejemplo la defensa europea o la lucha contra el cambio climático. "Los americanos deberían aplaudir todo avance hacia una defensa europea", afirmó, mientras que la lucha contra el cambio climático será una "clara prioridad" si llega a presidente. Obama hablaba junto al presidente francés, Nicolas Sarkozy, quien alabó estas "buenas noticias".

Sarkozy y Obama comparecieron juntos tras entrevistarse durante una hora en el Elíseo. Una conferencia de prensa muy distendida, llena de bromas sobre los orígenes o la perspicacia de ambos. El presidente subrayó que "no todo el mundo se llama Sarkozy en Francia ni Obama en EEUU". Obama apuntó que cuando Sarkozy visitó en el 2006 EEUU como ministro del Interior solo se reunió con dos senadores, él y John McCain, el candidato republicano.

RELACIONES TRANSATLANTICAS Según algunos medios, Obama iba a estar solo unas horas en París y no quería actos de masas para no incomodar al electorado centrista norteamericano, supuestamente antifrancés. "El americano medio ama enormemente al pueblo francés y no se debe subestimar su deseo de mejorar las relaciones transatlánticas", dijo el senador.

Obama, muy preocupado por la situación en Irán, pidió que "el mundo lance un mensaje claro para que detenga el programa nuclear militar, que es un peligro no solo para Israel, sino para toda la región", y se pronunció a favor de aumentar las sanciones contra Teherán si no acepta. Sin embargo, "la situación en Irak ha mejorado mucho", valoró tras visitar el país.