Dos ruedas de prensa ha ofrecido Barack Obama en dos días para tranquilizar a los mercados y a la población. Dos ruedas de prensa en las que ha anunciado parte de su equipo económico (ayer, Peter Orszag y Rob Nabors, director y subdirector de la Oficina de Presupuestos de la Casa Blanca) y en las que, sobre todo, ha explicado que tiene un plan para salir de la crisis. Ayer, en su intervención más política, Obama advirtió a ese entramado que se da en llamar Washington de que con él llega una nueva cultura, basada en la disciplina, el rigor y los sacrificios presupuestarios. El Estado gastará, vino a decir Obama, pero solo en lo estrictamente necesario. Y para imponer el rigor en el que otros antes fracasaron, el presidente electo recordó que tiene claro "un mandato político" de las urnas por el cambio.

El mensaje es un aviso a congresistas y lobistas. "No podemos permitirnos un sistema que sangra miles de millones de dólares en programas que existen solo por el poder de un político o un lobista", dijo Obama, que prometió estudiar los presupuestos "línea a línea". "Hay que cambiar las costumbres de Washington", sentenció.

MILES DE MILLONES Para entender lo que anunció Obama valgan dos cifras de la Oficina de Presupuestos de la Casa Blanca. En el 2008, los congresistas colaron en diferentes legislaciones hasta 11.524 provisiones llamadas earmarks: ayudas financieras a colectivos decididas de forma directa. En muchas ocasiones, estas ayudas son incluidas como contrapartidas en la votación de una ley que no tiene nada que ver, y son las fórmulas legislativas favoritas de los lobistas por su discrecionalidad. Un ejemplo: para lograr el apoyo de un congresista a unos presupuestos de Defensa, se puede añadir al proyecto de ley una provisión extraordinaria (el earmark ) que subvenciona a los agricultores de su estado. Esas 11.524 provisiones del 2008 ascienden a 16.502 millones de dólares (12.692 millones de euros). Obama puso un ejemplo: entre el 2003 y el 2006, agricultores que ganaron más de 2,5 millones de dólares recibieron 49 millones en subsidios. La cruzada contra el gasto excesivo --una obsesión de su rival, John McCain-- se anuncia después de que Obama admitiera que su plan de estímulo de la economía hará que en los próximos dos años no pueda controlarse el déficit público.

NUEVA CULTURA Pero también es fiel a su promesa de una nueva cultura política. "Tenemos un claro mandato basado en las ansias de cambio para llevar el país en una nueva dirección", dijo. El mensaje iba dirigido a los dos extremos po- líticos: a los conservadores que le niegan un mandato para un giro progresista y a la izquierda de su partido que reclama cambios radicales. "La sabiduría no es monopolio de un partido", añadió Obama, que explicitó uno de los pilares de su filosofía: "La gente quiere un Gobierno con sentido común, no ideología ni partidismo".