El presidente de EEUU, Barack Obama, y su familia han celebrado, como la gran mayoría de los ciudadanos de su país, la noche de Halloween repartiendo golosinas en la puerta de su casa.

En esta ocasión, Obama, que ha vivido su primer Halloween como presidente, ha distribuido bombones y pasteles a 2.000 jóvenes de entre 6 y 14 años, procedentes de 11 escuelas de Washington y los estados vecinos de Maryland y Virginia.

Para la celebración, la Casa Blanca, ha estado decorada con luces de color naranja --el tono de las populares calabazas de Halloween--. Asimismo, mientras que el presidente optó por no disfrazarse, su esposa Michelle sí lo hizo, y escogió la indumentaria de la heroína Cat Woman.

Tras la recepción, el presidente, se dirigió a las familias de militares invitados a la casa presidencial y reconoció la labor de estos en Afganistán e Irak.

FIESTA QUE MUEVE MILLONES DE DÓLARES

Por Halloween, la noche de las brujas que se celebra el 31 de octubre, los niños estadounidenses van de puerta en puerta, disfrazados, para reclamar "caramelos o travesuras" por las casas, muchas de ellas decoradas con todo tipo de ornamentos macabros.

La fiesta no se limita a los pequeños, y los adultos también se disfrazan en una fiesta que mueve, según los cálculos de la Federación Nacional del Pequeño Comercio, cerca de 5.000 millones de dólares --3.378 millones de euros--, o más de 60 dólares por estadounidense --40 euros--.