El presidente de EEUU, Barack Obama, ha asumido el resultado de las elecciones como una muestra de la "frustración por la situación económica" de la población, ha asumido "toda la responsabilidad" de la orientación de los votos, que obliga a un giro en la política del Gobierno demócrata.

Ante el nuevo panorama político del país, que otorga una papel fundamental a la oposición republicana, Obama ha instado a "un esfuerzo por parte de todos para conseguir el consenso" que permita afrontar un futuro. El presidente de EEUU considera que el varapalo electoral es una advertencia por parte de los votantes para que el Gobierno restrinja el déficit de la misma manera que lo están haciendo las familias. Ese es uno de los puntos defendidos por los republicanos.

Sobre las políticas a seguir en el futuro, Obama se ha mostrado abierto a cualquier estrategia anticrisis, "al margen de si son iniciativas demócratas o republicanas", siempre que puedan ser efectivas. Sobre la reforma sanitaria, Obama se ha mostrado contrario a volver a negociar lo negociado en los últimos dos años, pero si existen propuestas para mejorar el sistema, como por ejemplo reducir las aportaciones empresariales previstas al sistema de salud sería "negociable".

"El pueblo norteamericano está preocupado por el déficit público y por el gasto", ha dicho Obama, por lo que ha anunciado que se creará una comisión con demócratas y republicanos para optimizar el presupuesto y establecer las prioridades. No está dispuesto a reducir el presupuesto en educación, infraestructuras o investigación. "No tiene sentido que China tenga mejores ferrocarriles que nosotros", ha dicho.