No ha sido difícil para el equipo de Barack Obama explicar por segunda vez a las autoridades de Australia, Indonesia y Guam que el presidente de EEUU retrasa su visita. Nunca hasta ahora Obama había estado tan cerca de lograr la reforma del sistema sanitario. Quedarse en casa y hacer personalmente es su prioridad.

La presentación ayer de una última propuesta que recortará el déficit en más de 100.000 millones de euros en 10 años ha colocado al presidente en la situación más prometedora hasta la fecha, pues los números convencen a muchos demócratas hasta ahora opuestos a la reforma.

La Oficina Presupuestaria del Congreso, considerada imparcial, presentó ayer el análisis de esa propuesta y concluyó que permitiría "la mayor reducción de déficit de ninguna ley desde 1993". Los republicanos, que no tiran la toalla, intentarán frenarla.