Estados Unidos ya sabe a qué atenerse cuando Barack Obama habla de cambio. El presidente presentó ayer su propuesta de presupuestos para lo que queda de año fiscal y el próximo, un documento que plasma sus prioridades, prevé un déficit récord para este año y combina recortes y grandes proyectos de futuro, vinculados a los tres pilares de su mandato: sanidad, educación y cambio de modelo energético.

Políticamente, los presupuestos dan forma, en plena recesión, a la agenda más ambiciosa del sector público que se ha visto en EEUU desde Lyndon B. Johnson, financiada a partir de recortes en el gasto y, sobre todo, con el primer aumento de impuestos en 16 años para los ricos. Este giro radical respecto a la política de George Bush augura una dura batalla con la derecha --ayer ya expresó su rechazo frontal-- en el Congreso.

El presupuesto para el próximo año fiscal es de 2,77 billones de euros (3 billones para el 2010), prevé para este año un déficit récord de 1,3 billones de euros (el 12,3% del PIB, el mayor porcentaje desde la segunda guerra mundial) y otro de 900.000 millones para el 2010.

MENOS DINERO EN IRAK La Casa Blanca se ha comprometido a reducir el déficit a la mitad en cuatro años, pero su primer presupuesto aumenta la pesada mochila heredada de Bush. Y ello a pesar de que la Administración afirma haber reducido hasta dos billones en gastos en diez años.

El recorte viene, por ejemplo, de la disminución de las partidas previstas para la guerra de Irak y las ayudas agrícolas. El aumento de ingresos se da en apartados como la economía verde (aumento de impuestos a petroleras y gasísticas y un sistema de tasas por la emisión de CO2) y, sobre todo, en el aumento de la carga fiscal sobre las unidades familiares que ganan más de 195.000 euros al año. El presupuesto de Obama tiene una voluntad de redistribución de la riqueza: mientras los impuestos del 2% del país aumentarán, los de las clases bajas y medias se verán reducidos.

El presupuesto contempla reservar 195.000 millones en caso de que sea necesario otro rescate del sistema bancario, 36.000 millones en educación que se unen a lo ya previsto en el plan de estímulo, y un nuevo impuesto sobre el petróleo y el gas que financiará proyectos de energía renovable y permitirá recortes fiscales a las rentas más bajas.

LA NOVEDAD Como novedad, los presupuestos incluyen las partidas de las guerras de Irak y Afganistán (109.000 millones este año y 101.000 en el 2010). Una muestra más de la nueva estrategia de EEUU en Afganistán, cuyo primer paso fue el anuncio, el pasado día 18, del despliegue de 17.000 soldados más, con los que la cifra de militares en el país alcanzará los 55.000.