Antes de lo que se esperaba y a causa de un juez que, por edad y su buen estado de salud, no estaba en la lista de los que potencialmente podían abandonar su cargo, Barack Obama se encuentra con una de las decisiones que marcan las presidencias en EEUU: nombrar a un magistrado del Tribunal Supremo. Aunque no lo ha anunciado oficialmente, el juez David Souter (69 años) ya ha hecho saber que se va por motivos personales en junio, cuando acaba el periodo de sesiones, y a Obama le aguarda una decisión que irá acompañada de una gran batalla política que se añade a una cargada y densa agenda.

Souter fue nombrado en 1990 por George Bush padre, y su elección satisfizo a los conservadores. Pero pronto Souter se alineó con el bloque progresista de la Corte en la mayoría de temas. Como consecuencia de ello, en estos momentos, el Tribunal Supremo está dividido entre cuatro conservadores y cuatro jueces progresistas. Es el juez Anthony Kennedy, un consevador moderado, el que suele inclinar la balanza hacia un lado u otro.

Los nombramientos en el Tribunal Supremo son de vital importancia en el sistema estadounidense, ya que son cargos vitalicios hasta la muerte, incapacidad o renuncia del juez. Con sus nombramientos, que el Senado debe ratificar, un presidente le da un sesgo determinado a la Corte que suele durar mucho más allá de su presencia en la Casa Blanca. El último presidente Bush, por ejemplo, nombró y logró la aprobación de dos jueces muy conservadores y jóvenes que garantizan una fuerte presencia derechista en el tribunal durante muchos años.

EL EQUILIBRIO CONTINUARA En principio, el nombramiento que decida Obama no debe cambiar la configuración ideológica del tribunal dado el alineamiento de Souter con el ala progresista de los jueces. Pero sin duda será un momento importante para el presidente, ya que es una decisión que marca de forma muy clara la ideología y las prioridades de un mandatario. "Es una de las decisiones con más consecuencias de un presidente", dijo Obama durante un debate de la campaña electoral, en el que afirmó que él nombraría a candidatos con un "sólido currículo judicial". Será la primera vez en 15 años que un demócrata nombra a un juez. Inevitablemente, las especulaciones sobre la persona elegida ya han empezado, y los analistas coinciden en que probablemente se tratará de una mujer dado que ahora mismo solo hay una jueza.

Lo que ya se sabe es que la elección le abrirá a Obama otro frente político. Y esto llega en un momento político en el que la Administración ya tiene muchos asuntos sobre la mesa. Eso sí, Obama cuenta con mayoría en ambas cámaras.