El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, tiene previsto vetar la propuesta de ley que permitiría a los familiares de las víctimas de los atentados del 11-S demandar a Arabia Saudí por sus supuestos vínculos con los ataques.

El tema ha vuelto a la actualidad ya que este viernes la Cámara Baja del Congreso tiene previsto aprobar la propuesta de ley, que ya contó con el apoyo del Senado el pasado mes de mayo. El veto presidencial evitará llevar a adelante la propuesta. Obama ya advirtió que mantenerla podría abrir las puertas a un aluvión de demandas de gente de otros países contra Estados Unidos.

Fue el pasado mes de julio cuando salió a la luz pública material desclasificado sobre la presunta implicación saudí en los ataques. El documento, de 28 páginas y elaborado en el 2002, se publicó tras meses de investigación por parte del Gobierno estadounidense y ante el incremento de las presiones para que su contenido fuese puesto en conocimiento de la ciudadanía.

Los papeles hasta ahora secretos revelaron que los terroristas, un total de 19, quince de los cuales eran de nacionalidad saudí, la misma que el fallecido líder de Al Qaeda, Osama Bin Laden, recibieron posiblemente apoyo de agentes de inteligencia saudís de alto rango.

SIN PRUEBAS

“En Estados Unidos, algunos de los secuestradores del 11 de septiembre estaban en contacto y recibieron el apoyo o asistencia de individuos que pueden haber estado en contacto con el Gobierno de Arabia Saudí”, decía el informe. "Existe información, principalmente del FBI, que indica que al menos dos de esos individuos supuestamente eran agentes de inteligencia de Arabia Saudí”, añadía el documento,

Ya entonces, la Casa Blanca restó importancia a la información y se remitió a la comisión oficial que investigó el 11-S y que concluyó que no había pruebas que vinculasen a Riad con los ataques en Nueva York y Washington en el 2001.