La cadena de radio pública NPR está haciendo un seguimiento de las páginas en internet, Facebook y Twitter de algunos de los candidatos clave en los comicios del 2 de noviembre en Estados Unidos, en los que, además de cargos estatales, se renuevan un tercio del Senado y toda la Cámara baja. Lo que han detectado es que esta semana al término más empleado por los candidatos --empleo-- le ha sacado ventaja otro: Obama.

Este dato, demuestra el papel clave que el presidente juega, sin estar en ninguna papeleta, en esta campaña, una de las más caras que se recuerdan: solo en las últimas cinco semanas se ha invertido en publicidad más de 140 millones de euros, un 75% más que en el 2008.

Para los demócratas, que según las encuestas pueden perder la Cámara baja y ver reducida su mayoría en la alta, el presidente es baza imprescindible. Y el mandatario se sumerge a partir de hoy en una intensa misión para apoyar a los candidatos de su partido. Uno de sus esfuerzos es recuperar a la base de 15 millones de votantes jóvenes y de minorías que votaron por primera vez en noviembre del 2008.

No está solo. La primera dama, Michelle Obama, inauguró el miércoles en Wisconsin su presencia en la campaña y el expresidente Bill Clinton ha viajado hasta Nevada, donde el líder de la mayoría en el Senado, Harry Reid, se mide a Sharron Angle, una de las candidatas surgidas del avance de influencia del Tea Party que ha regado de radicalismo la campaña.

ANUNCIO EN LA AUTOPISTA En una autopista de Grand Junction (Colorado), por ejemplo, un hombre ha instalado anónimamente un anuncio, que tanto los demócratas como los republicanos locales han denunciado como "irrespetuoso", donde se caricaturiza a Obama como terrorista musulmán, gángster, bandido y gay. Es otra muestra de una tensa campaña marcada ya por las sombras sobre el origen de los fondos y por virulentos ataques, otra de cuyas principales dianas es la presidenta de la Cámara baja, Nancy Pelosi.