La Conferencia Episcopal Española (CEE) ultima un documento de condena a una posible invasión de Irak, que hará público mañana al término de la comisión permanente que está celebrando en Madrid. El secretario de la Conferencia, Juan José Asenjo, explicó que el texto estará "en profunda comunión" con lo dicho por el papa Juan Pablo II y con los obispos que se han manifestado en público sobre este tema.

La Conferencia Episcopal Tarraconense, a través de su presidente, el arzobispo de Tarragona, Lluís Martínez Sistach, y prelados de otras diócesis españolas han coincidido en su rechazo radical a la guerra.

ESPACIO PARA LA PAZ

Los arzobispos de Zaragoza, Elías Yanes; Valencia, Agustín García-Gasco; Oviedo, Carlos Osoro; Sevilla, Carlos Amigo, y Valladolid, Braulio Rodríguez, han advertido en las últimas semanas que la actitud de Sadam Husein "no legitima el empleo de la fuerza". "Esta guerra podría convertir el mundo en un estercolero", señaló el obispo de Osma-Soria, Francisco Pérez.

Asenjo recordó ayer la aseveración del cardenal Roger Etchegaray, enviado del Papa ante el Gobierno de Irak, de que "aún hay un pequeño espacio para la paz". El portavoz confió, en nombre de los obispos, en que ese espacio se vaya agrandando y pidió la oración de los cristianos.

"El conflicto armado con Irak puede evitarse sobre los fundamentos de la verdad, la justicia, la solidaridad y el amor", agregó Asenjo.

TIBIEZA DE ROUCO

Las proclamas contra la guerra procedentes de casi todas las diócesis contrastan con la tibieza del cardenal Antonio María Rouco, presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), en Madrid.

En la comisión permanente iniciada ayer hay dos sectores enfrentados. Por un lado, los obispos que, como Elías Yanes, apuestan por una declaración conjunta del Episcopado contra la guerra. Por el otro, los que consideran, con Rouco a la cabeza, que ya es suficiente con lo que cada prelado hizo en su diócesis, con objeto de no enconar las relaciones con el Gobierno.