Uno de los argumentos que más usan Obama y su equipo para defender su gestión es recordar que, aun con una tasa de paro del 10,2%, han frenado la sangría de empleos que sufría EEUU cuando él llegó a la Casa Blanca. El 3 de diciembre, Obama se reunirá con expertos financieros y con grandes y pequeños empresarios para discutir estrategias que reactiven el mercado laboral. La Casa Blanca deja claro que eso no debe interpretarse como una posible inyección de dinero público que, para algunos, aumentaría el déficit.