Las matanzas de civiles no son nuevas en Afganistán. El 1 de julio del 2002, aviones de EEUU bombardearon el pueblo de Kakrakai y mataron a 47 personas e hirieron a 60. Una bomba cayó en el local donde se estaba celebrando una boda. En diciembre del 2003, las víctimas fueron 15 niños de Ghazni, cuando un avión ametralló a un supuesto terrorista. El hombre murió junto a los niños que jugaban en la calle.