De todos es sabido que la guerra sectaria que ensangrienta a Irak ha sumido al país árabe en una grave crisis humanitaria, con millones de desplazados o refugiados que huyen del conflicto armado. Pero ayer, de la mano de la oenegé Intermón-Oxfam, se pudo conocer el alcance de la hecatombe humana en territorio iraquí: más de un tercio de la población local, es decir, unos ocho millones de ciudadanos, necesitan en estos momentos ayuda humanitaria de emergencia, según adelantó la organización en un estudio elaborado conjuntamente con el Comité de Coordinación de las oenegés en Irak. Las esperanzas de pacificar Irak recibieron ayer un doble varapalo, después de que otro informe de una agencia norteamericana y remitido al Congreso de EEUU denunciara que la corrupción y la ineficacia han impedido la reconstrucción.

SITUACION EXTREMA "Millones de iraquís se han visto obligados a huir de la violencia y han tenido que irse a otras partes del país o fuera del mismo; muchos de ellos viven en situación de extrema pobreza", declaró Ariane Arpa, directora general de Intermón-Oxfam. Las organizaciones que elaboraron el informe no se arredraron a la hora de señalar con el dedo acusador al Gobierno de Bagdad y a la coalición militar anglonorteamericana de dejadez y desidia en la escasez de asistencia humanitaria que padece una parte importante de la población iraquí.

"El Gobierno iraquí debe expandir de inmediato su programa de distribución de alimentos, aumentar las ayudas sociales en efectivo y apoyar a las oenegés locales implicadas en la ayuda; los gobiernos extranjeros, incluyendo los de EEUU y el Reino Unido, deben apoyar a los ministerios iraquís", concluyó la responsable de Intermón-Oxfam.

Las cifras no dejan lugar a dudas respecto a la necesidad de una acción urgente. El 43% de los iraquís viven en un estado de pobreza absoluta, se estima que más de la mitad de la población no tiene trabajo y que los dos millones de desplazados internos no cuentan con ingresos propios y están agotando sus mecanismos para enfrentarse a la escasez. El informe emite una serie de recomendaciones dirigidas tanto al Gobierno iraquí, como a la fuerza multinacional, a los gobiernos internacionales e incluso a la ONU. Los responsables del documento demandan que asuman "una mayor responsabilidad en relación a la provisión de ayuda, refugio y servicios básicos para las personas desplazadas", que incrementen el pago de 100 dolares mensuales para hogares al cargo de una viuda y el establecimiento de una cartilla de racionamiento "para que las personas desplazadas puedan recibir raciones de comida".