El escándalo sexual en que se ve envuelta Oxfam provocó ayer la primera dimisión en la cúpula de la organización humanitaria. Penny Lawrence, directora adjunta de la oenegé, presentó su renuncia ante las críticas a los responsables de Oxfam por silenciar las graves denuncias contra sus empleados en Haití. Una investigación interna confirmó que algunos cooperantes pagaron a prostitutas en el país caribeño, uno de los más pobres del mundo, meses después del devastador terremoto del 2010. Cuatro empleados fueron expulsados, y tres, forzados a dimitir.

Uno de los implicados era el director de Oxfam en Haití, Roland van Hauwermeiren, quien ya había sido acusado de actos similares cuando estuvo destinado en Chad, circunstancia que Oxfam conocía, pero prefirió ignorar. A Hauwermeiren incluso se le ofreció «una salida gradual y digna» a cambio de su colaboración en la investigación. La oenegé no comunicó los resultados de las indagaciones ni a las autoridades locales, ni a las del Reino Unido.

El informe fue desvelado el pasado viernes por el diario The Times. En él se indicaba como grupos de prostitutas muy jóvenes -quizá menores de edad- eran invitadas a una casa y hoteles pagados por Oxfam en Haití. «Organizaban grandes fiestas con prostitutas. Las chicas llevaban camisetas de Oxfam, iban medio desnudas, era como una orgía de Calígula», señaló al diario una fuente anónima. La misma fuente asegura haber visto el video de una orgía guardado en el móvil de uno de los participantes, en lo que llamaban barbacoas de carne joven. La prostitución está prohibida en Haití y la edad legal para mantener relaciones sexuales es de 18 años. El Gobierno de ese país ha pedido a Oxfam la identidad de los cooperantes implicados y valora la posibilidad de emprender acciones legales.

«Está claro que las acusaciones, que implican el uso de prostitutas y que están relacionadas con el comportamiento tanto del director para el país como de miembros de su equipo en Chad, fueron planteadas antes de ser trasladado a Haití. Como directora del programa en aquel momento, me avergüenza que eso ocurriera bajo mi tutela y asumo plenamente la responsabilidad», señaló Lawrence en el comunicado en el que anuncia su marcha. La número dos de la oenegé se dice «profundamente arrepentida por el daño y la angustia provocados entre quieres apoyan a Oxfam, a todo el sector de la cooperación y a la mayoría de las personas vulnerables que han confiado», en la organización. Lawrence llevaba desde el 2006 en Oxfam y ocupaba el puesto de directora de programas internacionales, con equipos en 60 países. El director, Mark Goldring, aceptó, aunque lamentó, la «decisión personal» de su colaboradora.

La dimisión se produjo tras varias reuniones en Londres de responsables de Oxfam con la secretaria de Estado británica para la Cooperación Internacional, Penny Mordaunt. El Gobierno británico amenaza con retirar la ayuda a la oenegé, a la que entregó 36 millones de euros el pasado año. «Con este tipo de actos tendremos tolerancia cero», señaló el portavoz de la primera ministra, Theresa May. Mordaunt exige «plena colaboración con las autoridades» de Oxfam y de «cualquier otra organización» en similares circunstancias. En Bruselas, la Comisión Europea también ha prometido cancelar las subvenciones a las organizaciones humanitarias que no cumplan «con los códigos éticos y profesionales de modo estricto».

Fundada en 1942, Oxfam es una de las organizaciones humanitarias más importantes y populares del Reino Unido. Sus 650 tiendas en las que se vende ropa, libros y música donados por el público forman parte de la vida de los británicos en cada ciudad del país. Sus operaciones humanitarias se extienden a todo el globo. Con un presupuesto en el ejercicio 2016-17 de 409 millones de libras (460,6 millones de euros), los fondos del Gobierno británico solo representan un 8% de sus ingresos. La publicidad negativa del escándalo le puede privar de abundantes y sustanciosos donativos particulares.

Petición de recorte / El caso de Oxfam puede ser «la punta el iceberg», según figuras veteranas en la ayuda humanitaria contactadas por The Guardian. Estos cooperantes conocen historias similares, de colegas en muchos lugares del mundo, empleando a prostitutas y sospechosos de explotar a mujeres vulnerables -incluidas menores-. Algunas quejas se remontan a hace 15 años. De acuerdo con el Sunday Times más de 120 empleados de organizaciones humanitarias británicas se han visto envueltos en casos de abusos el año pasado. De esos casos, 87 se produjeron en Oxfam y 31 en Save the Children.