La nueva misión espacial con destino a Marte ilusiona a la comunidad científica, como el proyecto del presidente Kennedy en los años 60, que propició la primera visita humana a la Luna. Pero los expertos creen que el hombre no pisará el planeta rojo antes del 2020 por la falta de tecnología y de los ingentes recursos necesarios.

La NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA) establecieron el año pasado, tras el desastre del Columbia, el 2030 como fecha probable para un viaje tripulado a Marte. Su lista de deseos prevé que en el 2005 una nave analice la superficie marciana al centímetro, en el 2009 lleguen dos todoterrenos movidos por energía nuclear y el 2014 se traigan muestras a la Tierra.

Reto mundial

"Es un reto científico similar al de los 60, que puede aunar voluntades y proyectos mundiales", asegura optimista Luis Vázquez, responsable del laboratorio de Computación Avanzada del Centro de Astrobiología, y colaborador en la actual misión a Marte. "Instalar una base en la Luna es factible en 8 años. Para pisar Marte hacen falta de 15 a 20 años", calcula Vázquez.

Para Luis Ruiz de Gopegui, exresponsable de programas de la NASA en España, reactivar el programa lunar del Apolo 11 llevaría 10 años.

Algunos especialistas han apuntado el 2018, como fecha ideal para desembarcar en Marte, ya que será el año en que el planeta rojo volverá a estar más cerca.

"Llegar a Marte puede ser factible en 10-12 años. El padre de Bush ya lanzó una propuesta similar en 1989. Pero ¿dónde están los 400.000 millones de euros (66 billones de pesetas) de gasto que se calcularon entonces?", se pregunta Javier Armentia, astrofísico y director del planetario de Pamplona. "Si la NASA no aporta 50.000 millones de euros (8,3 billones de pesetas) más al año todo quedará en hermosa fraseología electoralista", dice Armentia.