"Somos los primeros sorprendidos. No teníamos ni idea de nada", repite Cinta Pluma, directora de comunicación de Global Humanitaria, la involuntaria protagonista de la operación Jaque. Esta entidad, con sede en Barcelona y presente en 10 países --entre ellos Colombia--, pasó del asombro a la preocupación tras conocer que el Ejército colombiano usó sus datos en la web de una oenegé ficticia con la que engañó a las FARC para liberar a Ingrid Betancourt y los demás cautivos.

Su presidente, Andrés Torres, ha pedido reunirse con el jefe del Estado colombiano, Alvaro Uribe, "para poder aclarar la suplantación", anunció la organización, que niega toda relación con la ficticia Misión Humanitaria Internacional y reclama "respeto a su neutralidad". "Tememos que esto afecte a nuestra credibilidad", dice Pluma. "La desconfianza puede hacer peligrar la seguridad e incluso la continuidad de proyectos".

En los vídeos inéditos a los que accedió la cadena CNN --origen de la polémica por el uso del logo de la Cruz Roja-- se veía, según la propia CNN, un emblema con el logo Misión Humanitaria Internacional en uno de los helicópteros. El mismo que presidía la web de la supuesta oenegé, que ayer desapareció de la red. El propio Uribe admitió la creación de la web de una entidad humanitaria ficticia, e insistió en que ordenó no usar símbolos reconocibles.