En la inmensa plaza Campo de Marte, convertida en un inmenso campo de refugiados, la situación de miles de personas que lo han perdido todo "es desesperada", afirman los responsables de Cruz Roja Internacional. Y la ciudad es una suma de tragedias. Los hospitales están colapsados y cientos de heridos que llegan sobre carros o en brazos esperan en sus puertas poder ser atendidos. El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, tras aterrizar ayer en la capital, no dudó en afirmar que Naciones Unidas afronta "la peor grave crisis humana en décadas".

Miles de personas viven literalmente en la calle. El olor a orín es opresivo. "El acceso a las tiendas de campaña, al baño, a agua y a cuidados médicos es muy limitado", afirman fuentes de la Cruz Roja. Los hospitales no dejan de recibir heridos y están llenos a rebosar. En un hospital de campaña, solo hay cuatro médicos para atender a 400 pacientes. Los equipos de Médicos Sin Fronteras (MSF) afirman que "nunca han visto tantas heridas tan graves" y que "se están practicando cesáreas y amputaciones".

Además, la tragedia ha golpeado de lleno a la ONU. Los cadáveres de unos cuarenta empleados ya han sido recuperados y otros 330 siguen desaparecidos.