La última oferta que Irán ha recibido incluye la novedad de que abriría la posibilidad de un periodo de prenegociación, durante el que podría seguir enriqueciendo uranio al nivel actual, pero comprometiéndose a no poner en marcha nuevas centrifugadoras. A cambio, las seis potencias no le impondrían nuevas sanciones.

Más adelante se pasaría a una fase de negociaciones formales, durante las que Teherán aceptaría detener sus actividades nucleares.