Una instalación bombardeada en 2007 por Israel en el norte de Siria iba a ser "con mucha probabilidad" un reactor nuclear no declarado, según denunció hoy en Viena el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA). Un informe reservado, enviado a los Estados miembros del OIEA, concluye que el lugar y la instalación destruida pueden no haber sido de uso militar convencional, como alega Siria, que hasta ahora se niega a cooperar con la agencia nuclear de la ONU. Es la conclusión a la que llegan los inspectores del OIEA después de casi tres años de investigaciones de lo sucedido en septiembre del año 2007, cuando la aviación israelí bombardeó una instalación en la localidad de Al Kibar, en el desierto sirio. Meses más tarde, Estados Unidos presentó una serie de pruebas que supuestamente demostraban que Damasco estaba construyendo -con ayuda de técnicos norcoreanos- un reactor nuclear, apto para la producción de plutonio, una sustancia altamente tóxica que puede ser usada para la producción de bombas nucleares. Un grupo de inspectores del OIEA estuvo en junio de 2008 tres días en Siria para analizar los restos del edificio destruido, cuyos escombros habían sido eliminados por las autoridades sirias. En su informe de 9 páginas, el OIEA asegura ahora que el diseño del edificio bombardeado "es comparable" con instalaciones que se usan para reactores de grafito. Además, los análisis de las muestras tomadas por los inspectores indican "una conexión con actividades nucleares relacionadas", agregan los inspectores en su informe. Siria había alegado que la instalación de Al Kibar tenía sólo fines militares convencionales y en ningún caso nucleares. "Las configuraciones del edificio destruido y el lugar (de los hechos) no pueden haber servido para el objetivo alegado por Siria", concluye el informe, que será analizado a partir del día 6 de junio por la Junta de Gobernadores del OIEA.