El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) respaldó hoy el plan de Japón para desmantelar la maltrecha central nuclear de Fukushima, aunque avisó de que se trata de un proyecto "de enorme complejidad" en el que hay "margen de mejora".

Tras presentar hoy en Tokio el informe preliminar sobre las labores para desmantelar Fukushima, el español Juan Carlos Lentijo, que encabeza la comitiva de expertos del OIEA, destacó en una entrevista con Efe que, en la "enorme tarea" que supone acabar con la crisis nuclear, Japón está realizando "un progreso importantísimo".

"Puedo confirmar que lo que hemos visto es un progreso bastante grande y evidente, particularmente en la fase de estabilización de los reactores y de las piscinas mediante sistemas de refrigeración", detalló Lentijo, actual director de la división del ciclo de combustible nuclear y de tecnología de residuos de la OIEA.

Para poder elaborar el informe preliminar, el equipo ha tenido la oportunidad de realizar durante toda la semana entrevistas con personal de la operadora de la planta, TEPCO, o el Gobierno nipón y visitado, durante dos días, las entrañas de la central de Fukushima.

La misión, solicitada por Japón, tiene como objetivo que la OIEA analice la hoja de ruta para desmantelar la planta y ofrezca asistencia técnica para mejorar las labores en la central.

"Es importante el hecho de que tanto TEPCO como el Gobierno japonés saben y reconocen que por sí solos no van a poder acometer todas las tareas" para desmantelar la planta, dijo, sobre todo por "la presión del tiempo y de la población".

El desmantelamiento no se acometerán antes de 30 o 40 años, un periodo con el que conviene "ser muy cautos", avisó, al tratarse de "una situación única que requerirá del desarrollo de tecnología nueva necesaria para trabajar en campos muy complicados con alta radiación" que implicarán nuevos sistemas robóticos.

Lentijo, que subrayó el "extraordinario compromiso" de TEPCO y las autoridades niponas para solventar la crisis, la peor desde Chernóbil en 1986, destacó que su esfuerzo "es muy notable" aunque cuenta con dos principales desafíos técnicos: el sistema para tratar el líquido contaminado en la planta y los mecanismos para acumularlo.

"El emplazamiento no es infinito y acumular líquido contaminado puede implicar el riesgo de que ocurran fugas, como ha pasado recientemente. Necesitan sistemas más fiables y de detención precoz de fugas", un problema que consideró como "incidentes que se pueden producir", dada la complejidad de la situación en Fukushima.

En este sentido, TEPCO ha registrado en las últimas semanas varias filtraciones de agua radiactiva desde los tanques de depósito subterráneo de la planta, enterrados a 6 metros de profundidad y en los que la compañía almacena cerca de 13.000 metros cúbicos de agua contaminada que se utiliza para enfriar los reactores de la central.

Estas filtraciones han resultado en una importante pérdida de credibilidad de la operadora que, a su juicio, debe "compartir con las autoridades y el público los resultados de sus análisis de forma honesta".

El líder de la misión de la OIEA destacó también la "intensísima" labor de Japón a la hora de establecer canales de comunicación con equipos de expertos y proveedores de todo el mundo, tanto para obtener supervisión como para compartir su experiencia.

No obstante, Lentijo que aunque no descarta que se creen en un futuro comités de expertos internacionales, advirtió de "que hay que ser cuidadosos" con la ayuda externa, ya que a veces hay empresas y proveedores de tecnología "que pretenden hacer de esto un negocio".