Los grupos violentos de la izquierda radical alemana no dan tregua en los últimos días a la ciudad de Berlín, con una serie de atentados incendiarios contra vehículos y edificios. Los coches de lujo se han convertido en su primer objetivo, y en lo que va de año han ardido más de 200, el doble que en el 2008.

El último episodio se produjo el miércoles. Una oficina de empleo del barrio de Lichtenberg amaneció con varias puertas destrozadas y recubierta de pintadas con eslóganes políticos. El fin de semana ardieron seis coches y todoterrenos de lujo en los distritos de Kreuzberg y Prenzlauerberg, y el martes, 23 autocares privados aparecieron con las lunas delanteras rotas.

Desde noviembre, la empresa afectada por el ataque, Dr. Herrmann Touristik --que calcula daños por valor de 60.000 euros--, estaba tachada en un foro izquierdista de internet como "socio del enemigo", porque alquila sus vehículos al Ejército.

EL FENOMENO SE EXTIENDE El presidente de la policía, Dieter Glietsch, informó de que en el 2009 los grupos violentos de la izquierda han cobrado mucho peso en la capital, donde cuentan con un millar de miembros. El fenómeno se está extendiendo además a Hamburgo y otras grandes ciudades alemanas.

Los ataques han desatado una polémica política. Mientras las autoridades llevan meses advirtiendo del aumento de estas acciones, atribuidas a la izquierda y a los denominados grupos autónomos o bloque negro , el debate en el Senado gira en torno a si los atacantes deben ser considerados terroristas o vándalos.

El titular de Interior de Berlín, el socialdemócrata Ehrhart Körting, comparó la forma de proceder con la de los grupos nazis, mientras que el portavoz de Interior de los cristianodemócratas, Robbin Juhnke, apuesta por solucionar el tema con una mesa redonda en la que participen la policía y otros expertos, a lo que el Senado no está dispuesto.