Los deportistas olímpicos españoles consultados por este diario se muestran radicalmente en contra de la posibilidad de un boicot a los Juegos de Pekín. Aún reconociendo en algunos casos la gravedad del conflicto del Tíbet o los bajos estándares del respeto a los derechos humanos en China, los atletas del equipo olímpico son unánimemente partidarios de separar política y deporte y de buscar otras vías de solución a los conflictos. Los deportistas contemplan con cierta inquietud los incidentes alrededor de la antorcha olímpica. Todos ellos prefieren pensar que las manifestaciones de rechazo no impedirán la celebración de los Juegos, para los que llevan varios años preparándose.