La respuesta de la sociedad española ante la tragedia ocurrida en el sureste asiático ha sido contundente. Las organizaciones no gubernamentales (ONG) que trabajan en aquella zona han recibido, desde que el pasado domingo se tuviese conocimiento de la magnitud de la catástrofe, varios millones de euros para ayudar a los damnificados por el terremoto. La prioridad de la mayor parte de estas entidades es poder enviar a los países afectados material con el que potabilizar agua y evitar así la aparición de epidemias.

Es pronto aún para conocer el montante exacto de los donativos ofrecidos por los españoles, porque éstos siguen produciéndose sin parar, existen muchas ONG que han abierto cuentas específicas para esta catástrofe y algunas de ellas tienen diversas delegaciones en diferentes provincias. Pero sólo Cruz Roja recaudó, entre lunes y martes, 1,5 millones de euros. Otra ONG, Ayuda en Acción, casi 60.000.

DIEZ VECES MAS LLAMADAS "Hemos tenido que ampliar el personal que atiende el número de teléfono de información y el volumen de llamadas se dispara después de cada telediario", explicó Josep Manuel S rria, portavoz de Cruz Roja. Otras organizaciones también han tenido que ampliar las plantillas del personal que atiende los teléfonos de emergencia de estas entidades.

"El número de llamadas que recibimos se ha multiplicado por 10", dijo Jordi Passola, de Médicos Sin Fronteras. "No teníamos un volumen se llamadas similar desde 1994, cuando ocurrió la matanza de un millón de personas en Ruanda", añadió Yolanda Romero, de Unicef.

Algunas de estas ONG ya han enviado a las zonas más castigadas por el terremoto aviones cargados con varias toneladas de productos y materiales de primera necesidad. Fundamentalmente "tiendas de campaña, mantas, equipos de primeros auxilios, mosquiteras, bidones de agua, sales de rehidratación, generadores y equipos para potabilizar agua", explicó Passola.

La potabilización del agua se ha convertido en el objetivo prioritario de los equipos que trabajan en esa zona. La descomposición de los miles de cadáveres que aún están esparcidos por las zonas afectadas y el agua estancada dejada por el maremoto conllevan el peligro de contaminar las reservas de agua potable. La ingesta de agua en malas condiciones causa enfermedades (como el cólera, la diarrea y otras patologías mortales) que pueden ocasionar miles de muertos.

AGUA MORTAL "El agua estancada puede ser tan mortal como el agua en movimiento", alertó Unicef. Por este motivo, las ONG apelan a los ciudadanos para que realicen donativos. Cualquier ayuda será poca y tiene que llegar rápido. Se necesitará mucho dinero para reconstruir las zonas devastadas.