Los órganos que controlan el cumplimiento de los tratados de la ONU han fijado fechas para que EEUU comparezca por las acusaciones de torturas presuntamente cometidas en Afganistán, Irak y Guantánamo (Cuba). Washington, que posiblemente buscará todos los subterfugios legales para no comparecer, debe nombrar a una decena de altos funcionarios que haga frente a las demandas. No será un juicio, pero los dictámenes de los expertos tendrán valor de sentencias, ya que las instancias de la ONU actúan como tribunales morales.

El Comité de Derechos Humanos de la ONU, que supervisa el Pacto de Derechos Civiles y Políticos, prevé reunirse en marzo con las ONG acreditadas para terminar de recoger las imputaciones contra EEUU, cuyos representantes responderán en una audiencia pública en Ginebra en julio. Un anticipo se verá en Ginebra en mayo, cuando el Comité contra la Tortura de la ONU delibere con EEUU. La confirmación, la semana pasada, del catedrático español Fernando Mariño Menéndez al frente de ese comité, allana el camino de esta cita. J. G.