El Consejo de Seguridad de la ONU se reunió ayer en una sesión extraordinaria para responder a las pruebas de misiles realizadas por Corea del Norte. Sobre la mesa estaba un borrador de resolución elaborado por Japón en el que, según las primeras filtraciones, se exige a Pyongyang que detenga el desarrollo, prueba y despliegue de misiles balísticos, se apela al capítulo 7 --que establece la posibilidad de acciones militares-- y se incluye la referencia a sanciones.

El borrador empezó a ser estudiado y debatido ayer por grupos de expertos y, pese a las llamadas de los representantes de Tokio, Washington y Londres de que el Consejo actúe rápidamente, es imposible prever cuándo se llegará a un acuerdo sobre el texto. De momento, hay países como China y Rusia, con poder de veto, que apuestan por la aprobación de una declaración pero se resisten a una resolución.

El embajador japonés, Kenzo Oshima, insistió en que Corea del Norte ha creado una "situación inaceptable", abrió la puerta a que la resolución incluya amenazas de sanciones y, como sus homólogos británico y estadounidense, mostró su voluntad de que el Consejo tome "rápidamente acciones contundentes" y envíe a Pyongyang una señal "firme y unánime".