Un convoy de la ONU cargado con ayuda humanitaria entró ayer, por primera vez desde que se intensificaron los combates en el este del Congo hace más de una semana, en una zona capturada por los rebeldes. Los trabajadores distribuyeron medicinas en la ciudad de Rutshuru, donde se han detectado casos de cólera, pero se encontraron con que los campos de refugiados, donde se amontonaban decenas de miles de personas, han quedado desiertos. "Todos los campos están vacíos. Las instalaciones han sido destruidas... No queda nada", afirmó Francis Nakwafio Kasai, coordinador de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU en Rutshuru.

La agencia para los refugiados de la ONU (Acnur) expresó hace unos días su temor a que unos 50.000 desplazados hubieran huido o hubieran sido expulsados de los desprotegidos campos. Kasai subrayó que los funcionarios y cooperantes tratan de averiguar si los desplazados que estaban en los campos fueron expulsados o huyeron. Según este responsable de la ONU, algunos pueden haber ido a zonas más seguras, o incluso a sus hogares. Pero se teme que la mayoría esté en los montes, buscando refugio y ayuda, después de haber escapado a los ataques de los tutsis leales al líder rebelde, general Laurent Nkunda.

Nkunda amenazó ayer con derrocar al Gobierno de Kinshasa si no negocia con los rebeldes. Pero el Ejecutivo congoleño, a través de su portavoz, Lambert Mende, descartó una negociación directa. El Gobierno de Joseph Kabila desea mantener un diálogo con todos los grupos armados, y no un cara a cara con el Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo de Nkunda. "El hecho de crear un desastre humano no otorga derechos especiales", dijo Mende.

SOLUCION POLITICA Mientras, en Marsella, el ministro de Exteriores francés y presidente de turno de la UE, Bernard Kouchner, afirmó, tras la reunión de los jefes de la diplomacia de los Veintisiete, que la solución al conflicto en el Congo "no puede ser militar", sino política y regional, con la participación de la ONU, la Unidad Africana (UA) y al menos tres países de la zona (el Congo, Ruanda y Burundi).