La Alta Comisionada de la Organización de Naciones Unidas (ONU) para los Derechos Humanos, Louise Arbour, ha instado nuevamente al Gobierno de Irak a suspender la ejecución de los condenados a muerte por el Alto Tribunal Iraquí, petición a la que se ha unido el secretario general de la organización, Ban Ki Moon. Ban ha reafirmado la importancia del artículo tercero de la Declaración Universal de los Derechos Humanos sobre el derecho a la vida, según palabras de su portavoz Michelle Montas. El surcoreano es consciente del debate en curso sobre la prohibición total de la pena de muerte. Hasta que la cuestión sea resuelta, respeta el derecho de los Estados miembros de tener sus propias posiciones", ha explicado Montás. El 28 de diciembre pasado, además de la confirmación de la sentencia de muerte al exdirigente del país, Sadam Husein, se anunció la misma condena para Awad Hamad Al Bandar y Barzan Ibrahim al Tikriti, hermanastro de Sadam. "La ley internacional sólo permite la imposición de la pena de muerte como una medida excepcional dentro de un riguroso marco legal", ha afirmado Arbour. Preocupación por la imparcialidadLa Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, ha dicho mediante la publicación de un comunicado que la preocupación que ya había expresado hace unos días "con respecto a la imparcialidad y justicia del juicio al expresidente Sadam Husein se extiende también a estos dos acusados". Por este motivo, ha pedido directamente al presidente iraquí que se abstenga de ejecutar estas sentencias. Asimismo, la Alta Comisionada ha recordado que, según las leyes internacionales de derechos humanos, Irak tiene la obligación de dar a los acusados la oportunidad de solicitar que se conmute la sentencia.